A
mi me da risa que los tipos se quejen que las mujeres siempre ignoramos
al que es bueno. Debería indignarme, pero la verdad es que me da risa.
Me parece una excusa barata para echarle la culpa a la naturaleza
femenina de un levante fallido. Salvo que quien lo diga tenga 16 años.
Ahí sí tengo que reconocerles que las mujeres tenemos el radar pifiado.
Una mezcla de hormonas locas y películas gringas, sumadas a la
insensatez que define la adolescencia, hace que a las mujeres a esa edad
nos encanten los tipos que no saben que existimos, o que sabiéndolo
prefieren tratarnos como a un saco de boxeo.
Pero
eventualmente maduramos. O no necesariamente, pero nos aburrimos de
comer mierda. Y entonces reajustamos el radar. Y dejan de gustarnos los
tipos malos, porque nos damos cuenta que no tienen nada de romántico, ni
de meritorio, ni de divertido. Empezamos a usar nuestro instinto
maternal y nuestra naturaleza redentora para rescatar perritos o gaticos
o pajaritos y no para criar novios, que para eso ya tendremos hijos.
10
años después se encuentra uno con el tipo malo que le robó el corazón
en la adolescencia y lo ve idéntico, lo cual equivale a decir patético.
Porque el que en 10 años no ha evolucionado es un perdedor. Entonces nos
reímos de nosotras mismas, por haber estado tragadas de semejante
esperpento, pero sobre todo, nos reímos de él, por bobo.
Y
es que entiendan señores, a las mujeres no nos gustan los bobos. Qué
significa ser bobo, ya es otro tema y como todo, es relativo. Y aunque
es obvio que la definición puede variar según la persona, la época de la
vida, la presión atmosférica o el ciclo lunar, también es cierto que
hay cosas que no le gustan a nadie.
A
ninguna mujer le gustan los tipos sin carácter, por más bien educados
que sean. Un tipo que nos lleva, nos trae, nos recoge, nos abre la
puerta del carro, es trabajador, es juicioso, pero es soso... es soso.
No hay ningún acto de caballerosidad en el mundo que nos haga pensar
diferente.
A
ninguna mujer le gustan los tipos bobos. Un tipo que es churro,
inteligente, divertido pero está demasiado preocupado por lo que piensan
sus amigos o su mamá o su exnovia...es bobo. Y no hay nada que hacer.
Ahora,
si uno encuentra un tipo que tiene personalidad y es churro y no está
enamorado de su reflejo en el espejo, y además resulta que le abre la
puerta del carro y es responsable, pues estupendo. Pero ya todas hemos
vivido lo suficiente para saber que tanta felicidad no existe y que el
niño Dios son los papás (ups, ¿le dañé la sorpresa a alguien?). Así que
nos la pasamos en ruedas de negocios con nosotras mismas viendo si
sacrificamos inteligencia por sentido del humor, o romanticismo por
estabilidad emocional, o buen sexo por buena conversación.
Pero
les aseguro, nunca sacrificamos a un tipo que es bueno simplemente
porque lo es. Todo lo contrario, obviamos muchas cosas que no nos gustan
porque queremos un tipo bueno y estamos convencidas de merecerlo. Pero
como dije antes, después de la adolescencia se supera ese complejo de
mártir, y aguantar babosos es muy, pero muy aburridor.
¿Ustedes
son tipos buenos y una vieja que los dejó les dijo que era por eso? Les
paso un dato: estaba siendo educada. Seguramente no quiso decirles que
tienen mal aliento, que son mal polvo, que son sosos, aburridos, bobos o
brutos. Les dijo que son buenos porque sabía que no le iban a contestar
nada y era la forma más rápida de terminar la conversación.
Si
de verdad están convencidos que son muy buenos, yo sugiero amablemente
que se dediquen a trabajar sus otras cualidades, que lean, que aprendan a
divertirse, a relajarse, que practiquen la caballerosidad, que vayan al
gimnasio, que sean buenos con sus familias, que trabajen, que se pongan
metas y las cumplan, y por amor al sagrado Corazón, dejen de darse
palmaditas en la espalda los unos a los otros compadeciéndose de sí
mismos por ser tan buenos. ¡Bobos!
Fuente: Soltérica Ibérica @solterica